Abstract
El presente trabajo asume que la oralidad y la inmediación (principio de inmediación) son capaces de proveer un contexto adecuado para lograr una mayor y mejor producción de información, con lo cual se garantizan decisiones judiciales más acertadas, por cuanto permiten el contacto directo del juez o jueza con la prueba. Ahora bien, este necesario fenómeno experimental de percepción, de experiencia sensorial, genera situaciones que lo hacen especialmente permeables a los sesgos implícitos cognitivos y sociales. En este trabajo se identifican algunos de los sesgos sobre los que existe mayor consenso desde la doctrina de los especialistas y se presenta una propuesta tendiente a minimizar su influencia, ante la toma de decisiones judiciales. Extraído de:https://www.abdconstojs.com.br/index.php/revista/article/view/522