Abstract
La mujer ha sido víctima de todo tipo de flagelos, y, tal como se ha evidenciado
en las últimas décadas, la justicia avanzó en pos de salvaguardar sus derechos. El ámbito
de trabajo es una esfera en la cual subyace aún más su relegamiento, y por lo tanto esto
demanda de un accionar tendiente a afrontar dicho cuadro de desprotección.
Frente a ello, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (2007) resalta la
relevancia del poder judicial, como la primera línea de defensa a nivel nacional para la
protección de los derechos y las libertades individuales de las mujeres, y por ello la
importancia de su respuesta efectiva ante violaciones de derechos humanos. Esa
valoración idónea resulta indispensable en pos de otorgar a las mujeres víctimas de
violencia un recurso ante los hechos sufridos y que estos no queden impunes.