Abstract
La identidad de género, más allá del binomio hombre-mujer, se ha manifestado
de forma abierta en diversas culturas, países y continentes a lo largo del tiempo. Un
recorrido histórico, a través de las crónicas, pinturas, fotografías, indumentaria y otros
materiales, revela cómo muchas sociedades han asumido la existencia de personas
transexuales con normalidad (Bustos, 2020).
Existe actualmente un debate en materia jurídica mundial respecto de la
identidad de género debido a una importante lucha social de los involucrados por su
visualización y protección. La ley argentina del año 2012 (ley de vanguardia, 1o en el
mundo) permitió la desvinculación de las vías judiciales y psiquiátricas para conseguir
la reasignación genital. Asimismo, asumió compromisos internacionales como la
convención de Belem do Para y CEDAW. Sin embargo, a pesar de ello,
lamentablemente, en la práctica las personas trans siguen excluidas de las garantías del
Estado.
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