Abstract
Cuando se habla de igualdad, ésta debe entenderse en su plenitud, de manera
incluyente y objetiva en todo el espectro que su significado abarca. Si se realiza un
buceo retrospectivo se puede hallar a lo largo de la historia distintas etapas en las cuales
esta palabra ha ido cobrando significados cada vez más amplios y profundos dentro de
los modelos sociales surgentes. De esta manera, se lo puede contextualizar en el siglo
XVIII con el pensamiento de Jean Rousseau en su inmortalizada obra “El contrato
Social” donde manifiesta que “Si se busca en qué consiste el bien más preciado de
todos, que ha de ser objeto de toda legislación, se encontrará que todo se reduce a dos
cuestiones principales: la libertad y la igualdad...”(Rousseau; 1762), avanzando en la
línea del tiempo, a mediados del siglo XIX el filósofo inglés Karl Marx coincidía en
que la igualdad era el bien más preciado de la humanidad.
DESTACADO