Abstract
La mujer desde la prehistoria ha sido víctima de violencia y discriminación, lo que es
originada, entre otros factores, por sus menores cualidades físicas. Aún hoy, si bien hay
evidentes avances que le prestan ayuda y justicia, vemos la irregularidad persistente en
varios lugares del mundo donde la mujer es discriminada, no puede realizar tareas
elementales propias de su género, indispensables para su familia o la comunidad; debe
socializar, completamente cubiertas y acompañadas por un familiar masculino; otras
donde son victimizadas, cercenados sus genitales externos, a fin de asegurar que sirvan
solo para el placer masculino y la procreación, -ésta puede ser el extremo de
discriminación más terrible. Vemos lugares de frontera en el norte del continente, donde la
prostitución y la muerte de mujeres explotadas alcanzan cifras no comparables con otras.
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