Abstract
El género se trata de una construcción cultural que, partiendo del sexo biológico,
determina roles, identidades y espacios de acción, de manera diferenciada. Se basa en
creencias y prácticas respecto de cómo deben ser o actuar los hombres y las mujeres,
teniendo en cuenta sus comportamientos, sentimientos y pensamientos (Benavente, s.f.).
A razón de esto, en la vida cotidiana se presentan situaciones de disparidad en la que las
mujeres son las perjudicadas en mayor medida.
En nuestro país puede observarse que las mujeres y los hombres tienen perfiles de
inserción laboral diferentes. Según INDEC (2018), las mujeres tienen una menor tasa de
actividad y trabajan -en promedio- menos horas que los varones, lo que tiene un efecto
directo sobre los ingresos laborales. De manera paralela, mientras que las mujeres dedican
alrededor de 46 horas semanales a tareas del hogar, los varones solamente lo hacen un
promedio de 17 horas1