Abstract
La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales De Derecho Humanos,
así como, el convenio N° 111 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre
Empleo y Ocupación (1958), hacen de bastiones en la lucha contra las prácticas
discriminatorias dentro de los ámbitos donde el ser humano desarrolla su vida.
Especialmente, en el derecho del trabajo, esta cuestión que conlleva un trato digno,
equitativo e igualitario de los trabajadores en idénticas circunstancias, se considera por
la doctrina como uno de los principios generales de la materia (Grisolía, 2019). Para
lograr combatir estos comportamientos, el legislador se ocupó en desmembrar a la
discriminación, definiéndola y distinguiéndola de conductas que no configuran un daño
al trabajador per se, como las distinciones, exclusiones o preferencias basadas en las
calificaciones exigidas para un empleo determinado o por las aptitudes y talentos de
cada trabajador.
Resulta menester