Abstract
En las últimas décadas, los ingenios con asiento en zonas ribereñas de la
provincia de Tucumán han arrojado residuos tóxicos de su producción azucarera a las
aguas de la cuenca Salí-Dulce, la mencionada se extiende sobre el territorio de cinco
provincias del noroeste y centro de la Argentina: Salta, Catamarca, Tucumán, Santiago
del Estero y Córdoba. Ocupa una superficie aproximada de 57.000 km2 y una extensión
de 800km, pero además y como detalle a resaltar debemos recordar que el agua de dicha
cuenca es utilizada para diferentes fines, siendo principalmente destinada para el
consumo humano y el desarrollo de actividades agrícola-ganaderas (Gómez, Medina y
Amaya, 2014).
DESTACADO