Eliminar la violencia de género en las empresas

Abstract

Hablar de violencia y acoso por motivos de género en el mundo laboral sigue siendo un desafío. En parte, porque la violencia aún hoy se identifica con agresiones físicas o gritos, mientras que otras formas, en algunos casos más sutiles o naturalizadas, se disfrazan de chistes, de “problemas de afinidad”, o se justifican como dinámicas laborales. No obstante, los datos obtenidos por diferentes estudios dan cuenta de la necesidad de que las empresas empiecen a abordar este tema de manera más sólida y consistente en cuanto a las herramientas y acciones que implementan para su prevención y tratamiento. No solo porque es una obligación legal y ética, sino porque afecta de manera significativa la seguridad, salud y productividad en el mundo del trabajo. El Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2019) ha sido un hito fundamental al reconocer el derecho de todas las personas a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, incluso la violencia por motivos de género, obligando a adoptar políticas y medidas integrales. Sin embargo, su plena implementación quedó en parte relegada, o no fue una prioridad, por el advenimiento de la pandemia COVID-19. Paradójicamente, el contexto pospandemia ha mostrado, según diversas fuentes (por ejemplo, el aumento de denuncias a la línea 144), un incremento considerable de casos de violencia de género.