Características, elementos de la gobernanza universitaria desde un enfoque socio céntrico

Abstract

La complejidad de nuestras sociedades se traduce en la complejidad de las instituciones educativas. Para la misma podemos apreciar como nexo la complejidad del conocimiento (Burns y Köster, 2016): multiplicidad de actores (stakeholders) involucrados, con culturas, motivaciones y expectativas diferentes. Los enfoques de gobernanza cristalizan el abordaje de esta complejidad, haciendo emerger prácticas virtuosas. La gobernanza en efecto supone no reducir la gestión y dirección de las organizaciones –y políticas– a la dimensión tecnocrática. Exige considerar, desde un enfoque sociocéntrico, no formalista y abierto a la deliberación, las dimensiones normativas, las finalidades éticas, las reorganizaciones políticas, etc. En síntesis, los fines y valores que orientan políticas y gestión que han de ser analizados (Aguilar Villanueva, 2010). El sistema educativo, y en lo organizacional sus instituciones, tendrán que formar sus propios cuadros de gestión y dirección, ampliando democracia y participación, transformando las dinámicas burocráticas (Feijoó, 2004), todo lo que exige reorganizar los procesos de gestión institucional, pero también los mismos procesos de enseñanza-aprendizaje. En esta dirección, la sociocracia aparece como una alternativa para configurar organizaciones ágiles y colaborativas en entornos cada vez más complejos (James Priest y Berhard Bockelbrunk, 2014). Si bien existen algunos indicios sobre su presencia en la educación universitaria, aún resta camino por transitar. La presencia de este enfoque en la gobernanza universitaria pone de manifiesto la intención de contar con una universidad que permita reconocer el lugar central que ocupa el ser humano y su bienestar en la toma de decisiones. De igual manera, implica explorar cómo se manifiestan los principios en los cuales se basa este enfoque. El primero de ellos refiere a la equidad, que implica reconocer que la universidad reduce las desigualdades y garantiza que todos los miembros de la comunidad tengan las mismas oportunidades. Del mismo modo, el principio de la participación activa de todos los actores de la comunidad universitaria, incluyendo a las mujeres y a las personas de diversas identidades de género. Igual que el principio que refiere a la transparencia en las decisiones, que busca que las decisiones tomadas sean claras, accesibles y comprensibles para todos. Finalmente, la responsabilidad, que busca que todos los actores sean responsables de sus acciones y del cumplimiento de las decisiones tomadas. A partir de esta perspectiva, la universidad podrá contribuir a la mejora de su calidad educativa, dado que, al involucrar a todos los actores en la toma de decisión, se asegura que la educación responda a las necesidades de la comunidad. Además, fortalece la democracia, dado que la participación activa de los actores universitarios en la toma de decisiones contribuye a fortalecer la democracia en la universidad. También promueve la equidad e inclusión, ya que la gobernanza sociocéntrica busca reducir las desigualdades y garantizar que todos los miembros de la comunidad tengan las mismas oportunidades. Finalmente, aumenta la transparencia y la responsabilidad, que contribuyen a mejorar la confianza en la universidad. En resumen, la gobernanza universitaria desde un enfoque sociocéntrico busca construir una universidad más democrática, equitativa, transparente y responsable, donde todos los actores tengan voz y voto en la toma de decisiones. Se trata de explorar la existencia de indicios que pueden encontrarse en la educación superior que ponga en el centro a las personas, hombres y mujeres, de manera equitativa.The complexity of our societies is interpreted in the complexity of the educational institutions. We can see as link the complexity of knowledge (Burns y Köster, 2016): a myriad of agents involved (stakeholders), with diverse cultures, motivations and expectations. Governance approaches embody the path of such complexity, making virtuous practices emerge. The governance indeed implies not to reduce management and administration of the organization, and policies, to the technocratic area. It requires considering, from a sociocentric, non-formalist and open to deliberation approach, the normative dimensions, the ethic purposes, the political reorganizations, among others. In short, the goals and values that guide policies and management must be analyzed (Aguilar Villanueva, 2010). The educational system and its organizational institutions will have to shape their own management and administration frameworks, expanding democracy and engagement, transforming bureaucratic practices (Feijoó, 2004), all of which requires not only to reorganize the institutional management processes, but also the teaching-learning processes. Based on this, the sociocracy arrives as an alternative to configure agile and collaborative organizations in an increasingly complex environment (James Priest y Berhard Bockelbrunk, 2014). Although there are some traces of its presence in the university education, there is still a long way to go. The presence of such approach in the university governance highlights the desire of a university that allows recognizing the key role of human beings and their wellness in the decision-making process. It also implies exploring how the principles on which this approach is based are manifested. The first of these refers to equity, which is related to recognizing that university reduces inequalities and guarantees that all community members have the same opportunities. Similarly, the principle of active participation of all stakeholders in the university community, including women and people of different gender identities. The same applies to the principle of transparency in decision-making, which seeks to ensure that the decisions taken are clear, accessible and understandable to all. Ultimately, accountability, which seeks to make all stakeholders responsible for their actions and compliance with the decisions taken. From this perspective, university will be able to contribute to improve its educational quality since, by involving all stakeholders in the decision-making process, it ensures that education responds to the needs of the community. In addition, it strengthens democracy as the active participation of the university stakeholders in the process of decision-making contributes to strengthen democracy in university. It also promotes equity and inclusion since sociocentric governance seeks to reduce inequities and to guarantee that all community members have the same opportunities. It increases transparency and accountability that contribute to improve reliance on university. In short, university governance from a sociocentric approach seeks to create a more democratic, equitable, transparent and accountable university, where all stakeholders have a say in the decision-making. The aim is to explore the existence of traces that may be found in higher education that place people, men and women, at the center in an equitable manner.