Abstract
La perspectiva de género es esencial para abordar las desigualdades basadas en construcciones sociales sobre hombres y mujeres. Surgió en la Conferencia de la Mujer en Pekín en 1995 y se refleja en tratados como la CEDAW y BELEM DO PARA. Aunque la igualdad está en la Constitución, persisten desigualdades. Adoptar esta perspectiva en decisiones judiciales ayuda a combatir la violencia contra la mujer y promover la igualdad.
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