Abstract
Aquí presento, apelando a una discusión local Argentina pero inmediatamente extrapolable al contexto global,lo que denominaré el dilema trágico del crecimiento: Si aumentamos la producción, la exportación y el consumo es posible, en principio, disminuir la pobreza y la desigualdad. Pero a costa de incrementar la disrupción ambiental. Si tomamos el camino opuesto y favorecemos el decrecimiento tal vez ayudemos a evitar el calentamiento global y la destrucción del ecosistema global (Gaia). Pero con ello aumentarán la pobreza y la desigualdad. O crecemos o decrecemos. En consecuencia o bien aumentamos la pobreza y la desigualdad o bien el calentamiento global y la disrupción ecológica global. Pese a todo me parece que hay buenas razones para abogar por el decrecimiento. En todo caso al final del texto intento mostrar que las razones corrientemente esgrimidas en contra del decrecimiento no son tales. Extraído de:HTTPS://PERIODICOS.UFSM.BR/REVISTADIREITO/ARTICLE/VIEW/67873/PDF