Abstract
El derecho parte de ciertas reglas inalterables tendientes a mantener la correcta
convivencia del ser humano en sociedad. Los antiguos romanos hablaban de tres reglas
o principios elementales para ello: Vivir honestamente (honeste vivere), dar a cada uno
lo suyo (suum cuique tribuiere) y no dañar a nadie (alterum non laedere) (Sosa Vallejo,
2009). Este último es el principio fundamental para la responsabilidad civil, la cual
viene a brindar todos los medios tendientes a prevenir, resarcir y sancionar los daños
injustificados que se puedan dar entre las personas. De lo expuesto, el presente trabajo
versará solo sobre la función preventiva de la materia. Específicamente en la
importancia de detectar cuándo se debe responder en base a la omisión de la prevención
de daños y cómo, en definitiva, se configura el actuar negativo para dar lugar a su
correspondiente indemnización.
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