Abstract
La igualdad entre el hombre y la mujer fue reconocida paulatinamente en nuestro
ordenamiento jurídico aplazando concepciones patriarcales y retrógradas, lo cual
permitió al sexo femenino ir incrementando su participación en los ámbitos en los que
antes no tenían lugar. La Constitución Nacional (en lo sucesivo CN) expresa que todos
los ciudadanos son iguales ante la ley (art 16) y también sostiene, a través de la
constitucionalización de los tratados internacionales de derechos humanos, que la mujer
debe conservar sus derechos en igualdad de condiciones que sus pares varones. Dentro
de estos tratados internacionales encontramos a la Convención para la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés)
ratificada por la ley 23.179 de nuestro país.