Abstract
La protección de la mujer trabajadora en el derecho laboral ha sufrido una
transformación vertiginosa en el último siglo, como consecuencia de la mejor
comprensión del valor del trabajo en sí mismo, así como de la identidad femenina y del
reparto de las responsabilidades en la vida familiar. En los siglos XX y XXI tanto la
OIT como la legislación de los países europeos y latinoamericanos, han optado por una
política positiva en lugar de prohibitiva. De este modo se ha trazado una ruta para lograr
la igualdad de oportunidades en el trabajo para hombres y mujeres, a fin de que puedan
acceder a un empleo en las condiciones de libertad, igualdad y seguridad exigidas por la
dignidad humana (Pacheco Zerga, 2012). Tal es así, que la legislación argentina dedica
a la mujer a la mujer algunas normas de excepción en razón de su sexo y estado civil, y
de la maternidad.