Abstract
En el presente trabajo se pretende dejar en evidencia como, a pesar de los años
en los que se desarrollan estudios sobre la temática, no hemos logrado como sociedad a nivel
mundial, salvando las diferencias de contexto, aplicar todos aquellos reconocimientos
conceptuales a nuestra adversa realidad social. A pesar de las enormes victorias a nivel
legislativo, de las convenciones a nivel internacional, de los congresos, las publicaciones y
la construcción de políticas públicas para la protección de la mujer; nos encontramos que en
el año 2021 el grado de vulnerabilidad de las mismas sobre la extrema violencia sólo crece,
a punto tal de que es la misma mujer la que forma parte conscientemente de esta cultura,
ejerciendo una complicidad silenciosa en la construcción permanente del inconsciente social
del “género”.
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