Abstract
El goce de un ambiente sano es un derecho fundamental y a la vez una obligación
de todos los ciudadanos, específicamente contemplado en la Constitución Nacional a
través de la disposición que ordena: “Todos los habitantes gozan del derecho a un
ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones
futuras; y tienen el deber de preservarlo (...)”1
.
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