Abstract
Desde sus comienzos el ser humano se ha valido de la naturaleza y sus recursos
para el desarrollo y subsistencia de su especie, tras miles de años de evolución el hombre
y sus necesidades han mutado, así como sus ambiciones y objetivos, principalmente
económicos, dejando de lado aspectos vitales como lo es el cuidado del planeta y los
recursos naturales. La crisis ambiental se evidencia en los años sesenta, donde se refleja
la irracionalidad ecológica de los patrones dominantes de producción y consumo (Leff
,2004), lo que lleva a la imperante necesidad de contemplar, legislar y sancionar los
supuestos ambientales.
DESTACADO