Abstract
Una de las tareas más difíciles en el actuario judicial de los órganos
jurisdiccionales es, sin duda alguna, la valoración de la prueba. Las pruebas deben arrojar
verdad sobre los hechos controvertidos. Por lo tanto, la valuación y ponderación
determinará la suficiencia de las mismas para decidir sobre la plataforma fáctica de un
caso. Este análisis sobre la prueba reviste vital importancia para los magistrados, los
justiciables y para la sociedad toda, ya que, la prueba tiene el deber de acercar a la verdad
(en este ámbito entendida como realidad), y se entiende que verdad y justicia no pueden
concebirse una sin la otra, por lo que se desprende que las correctas valoraciones de las
justificaciones son garantía del adecuado funcionamiento del sistema de justicia.