La capacidad de los adolescentes para disponer sobre su propio cuerpo.

Abstract

La capacidad es la aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones, y la posibilidad de administrar y disponer por sí. En nuestro país, luego de la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial de la Nación, los menores -aquellos que no han cumplido dieciocho años- que cuenten con edad y grado de madurez suficiente pueden ejercer por sí los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico. Los adolescentes, es decir los que tengan entre trece y dieciocho años, poseen el derecho personalísimo atinente al cuidado de su salud y de su propio cuerpo, el cual se encuentra amparado en el nuevo Código, artículo 26, donde se divide a los menores en dos franjas etarias previendo soluciones distintas para cada caso. La primera es aquella en la cual el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí respecto de los tratamientos que resultan no invasivos ni comprometen su estado de salud o que provoquen un riesgo grave en su vida o integridad física. Si se trata de tratamientos invasivos, debe prestar consentimiento con la asistencia de sus progenitores. La segunda franja, a partir de los dieciséis años, el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo. Al analizar este artículo, surge como interrogante qué se entiende por tratamientos invasivos y no invasivos. Por lo tanto, nace la dificultad de cómo se podrá determinar a priori que un tratamiento, sea de la clase que fuere, no comprometa el estado de salud ni provoque un riesgo grave en la vida o en la integridad del adolescente, ya que la norma no define estos conceptos. Asimismo, en los casos donde existan controversias entre los padres y el adolescente sobre la necesidad de someterse a un tratamiento riesgoso, seguramente ocasionará una demora en los casos en que la situación deba ser sometida a decisión judicial, lo que traerá aparejado un nuevo conflicto.