Condiciones necesarias para la paz en Euskadi
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Author
Wayar, Noelia
Abstract
Desde finales del siglo XIX, España (más específicamente la zona que hoy corresponde a la Comunidad Autónoma del País Vasco) ha sido escenario de un conflicto violento y de particulares características.
Los vascos, unidos por fuertes sentimientos y raíces comunes, se sintieron obligados a formar parte de un estado que los absorbió y aprisionó dentro de sus fronteras, quitándoles todos sus fueros –derechos-. Desde entonces, un ideal nacionalista se fue forjando y con muchas variantes, se ha mantenido hasta hoy.
Con el paso del tiempo y la influencia de las tendencias ideológicas que se producían en diversas partes del mundo, el llamado “vasquismo” fue adquiriendo diferentes matices. Desde el simple sentimiento de pertenencia a una comunidad por poseer elementos aglutinantes hasta el más ferviente y violento deseo de separación e independencia nacional, con la consecuente creación de un estado.
Dentro de la sociedad internacional, lo que sucede en el País Vasco o Euskadi, es considerado un conflicto típico de los tiempos modernos.
La tendencia es que los contenciosos sean cada vez más complejos, que abarquen mayor cantidad de ámbitos, implicando a más de un actor y como consecuencia de todo esto, que necesiten ser tratados desde múltiples ópticas.
El presente trabajo toma el caso de Euskadi como un problema internacional que precisa de un tratamiento y análisis múltiple. Esta característica justifica en parte, la intervención de la disciplina de relaciones internacionales para poder comprenderlo y fundamentalmente para lograr conocer los hechos y acciones de los diferentes actores, que se desempeñan como causales de la situación actual.
En los primeros meses del año 2007, Euskadi vivió como un fracaso más el intento de tregua y paz que venía desarrollándose. La última esperanza de conciliación entre los nacionalistas más intransigentes y el gobierno español había comenzado en marzo de 2006, cuando Euskadi ta Askatasuna (País Vasco y libertad, de ahora en más ETA) comunicaba al gobierno presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero su firme postura de abandonar el uso de la violencia; la cual venía siendo instrumento principal de ETA desde hacía 60 años para conseguir sus objetivos (la autonomía o separación de Euskadi y el reconocimiento del derecho de decisión de los vascos, así como la liberación de presos políticos).
Esta tregua no fue la primera en la historia del conflicto. En reiteradas ocasiones habían decidido dialogar para conseguir sus fines y la conclusión repetida era la violencia, generalmente perpetrada contra blancos políticos y representantes gubernamentales, tanto vascos cuanto españoles.
Una mirada múltiple y abarcativa como la que puede ofrecer las relaciones internacionales es la adecuada para el estudio de una situación como la que aquí se plantea.
El contencioso vasco incluye dos actores. Uno de ellos es el estado español; otro subestatal: Euskadi.
A su vez, las consecuencias repercuten en países vecinos; y en el caso de Francia, comparten el problema por tener una zona con población de origen vasco y con el mismo sentimiento nacional. Europa no está exenta del asunto, dado que la unión es cada vez más fuerte y la intromisión de la organización en la vida de los miembros crece a pasos agigantados. Por otra parte, el rol del país en la región hace (o debería hacer) que el tema no ocupe un lugar relegado entre las prioridades de Europa.
En el mismo orden de ideas, los temas, y si se quiere los valores que involucra el conflicto (léase terrorismo, autodeterminación, estado, nación) hacen que lo que aquí se plantea sea relevante. Como puede notarse los conceptos citados son de competencia de muchos organismos internacionales y en gran medida, forman parte de la agenda de países de importante peso en la sociedad internacional.
El análisis desde las relaciones internacionales también es necesario porque el problema no sólo es de interés de un grupo con ideales nacionales sino que además involucra y afecta a todos los habitantes de Euskadi y de España. Imaginemos que la posibilidad de que una parte del país sea separada y adquiera independencia de España o que un grupo de españoles muera por el accionar de ETA, no son hechos indiferentes al total de la población española, aunque sean ciudadanos que nada tengan que ver con el País Vasco. Estamos hablando de sentimientos profundos de inseguridad estatal en cuanto territorio y fronteras, de peligro y vulnerabilidad frente a los actos terroristas.
Esa misma sociedad que se siente afectada por las noticias del acontecer en esta parte noroeste de la península ibérica, manifiesta una inmensa variedad de opiniones y posturas.
Dentro del país vasco, están aquellos que pretenden que les sean reconocidos ciertos derechos como nación, pero que desean seguir perteneciendo a España; otros que buscan más autonomía pero que no están dispuestos a usar cualquier medio para lograrlo. También existe un grupo que busca soluciones extremas y que no es reacio a hacer uso del terror para conseguir sus fines.
La mayor parte del pueblo español está de acuerdo con la continuidad del País Vasco bajo la autoridad del gobierno español, aunque admiten la necesidad de brindar concesiones a los vascos y sobre todas las cosas quieren conseguir la paz.
Cada uno de estos sectores tiene grupos políticos que los representan y en los cuales ven plasmados sus ideales.
La variedad de actores participantes en el tema que se trata, justifica la necesaria intervención de un estudio múltiple y complejo.
Además, el problema tiene dos aristas fundamentales, que deben ser consideradas para analizarlo.
Por un lado está el reclamo de los nacionalistas, quienes luchan por el reconocimiento de sus derechos como nación vasca y que piden una mayor autonomía. Este problema es básicamente político y su solución requiere de una negociación entre el gobierno vasco y el español.
De este grupo se desprende el segundo conflicto, porque existen quienes con esos objetivos llevan a cabo asesinatos y hacen uso de la violencia y no deben ser confundidos.
Los terroristas son nacionalistas, pero no todos los nacionalistas son terroristas. Tampoco todos los habitantes del País Vasco comparten el deseo de querer separarse de España.
Como podemos notar, la situación amerita el estudio detallado y abarcativo en cuanto enfoques; dado que es por demás complicado.
La posibilidad de que el gobierno español logre desbaratar o al menos apaciguar a ETA, no es sinónimo de solución al problema vasco porque sólo se habría logrado terminar con la violencia (que sin lugar a dudas es el fin principal tanto del sector político como de la sociedad) pero quedaría aún por resolver la situación relativa al nacionalismo moderado y sus reclamos.
Este conflicto de tipo internacional, demuestra que la tendencia es, como afirman los teóricos de relaciones internacionales, de enfrentamientos “dentro de los estados” más que “entre” ellos; haciendo que las posibles salidas del problema no puedan ser las usadas tradicionalmente para la resolución de un conflicto.
Por otra parte, existe una característica esencial en el asunto que aquí se trata y es que el contencioso excede los límites del territorio en el que se desarrolla. Esto es así por las consecuencias que genera el accionar de ETA y por los valores y derechos que están en juego a la hora de buscar una salida pacífica.
La presión que ejerce la sociedad internacional y los actores protagonistas dentro de ella es determinante al momento de analizar las vías de solución factibles.
Por ser un tema de importancia estatal e internacional en el ámbito político, social y académico; es considerado fundamental y necesario su abordaje desde múltiples enfoques. También se considera ineludible la formación de un consenso entre las partes para hallar la solución y esto genera un análisis lo más exhaustivo posible como el que se intentará conseguir en el presente trabajo.
Las relaciones internacionales pueden jugar un rol importante como instrumento para conseguir acercarnos un poco más a la realidad en el País Vasco.
Sin lugar a dudas, el aporte que se consiga podrá hacerse extensivo a problemas de características similares que se desarrollan en otros contextos.
Está demás aclarar que el tratamiento de una temática de tanta actualidad tiene sus beneficios y sus riesgos. Nadie puede dudar el aporte que genera el análisis sobre un hecho cuya conclusión no se conoce con certeza, cómo puede afectar al contexto nacional y mundial, y qué cambios positivos o negativos puede generar en la situación política de estabilidad que vive España.
Sin embargo, es importante evitar caer en predicciones sobre la posible salida que tendrá el problema, dado que los acontecimientos cambian segundo a segundo y, como ya se dijo, aunque es un proceso que tiene su historia, la misma estuvo marcada por muchos momentos como el recientemente vivido; sin embargo la violencia y la falta de una solución viable se impusieron hasta hoy.
Por la importancia que tiene este estudio y los riesgos que se pueden correr sino se especifica correctamente cómo será llevado a cabo, es fundamental delimitar que la forma de trabajo es de revisión y análisis documental y bibliográfico para poder establecer un ordenamiento de tendencias y divergencias al comparar los diversos discursos.
A medida que se avance en la lectura se notará que el énfasis está puesto en los últimos diez años de la historia de España y de sus gobiernos para conocer las alternativas que se fueron planteando como necesarias y que no fueron puestas en práctica o que si lograron implantarse, fracasaron al momento de conseguir la paz definitiva.
Fundamentalmente será importante analizar el cambio entre el mandato del anterior presidente del gobierno español, José María Aznar y su propuesta y la primera política empleada por José Luis Rodríguez Zapatero (jefe de gobierno actual). A su vez, será interesante ver cómo la administración de Zapatero tuvo que modificar su discurso y accionar después de diciembre de 2006.