Abstract
El presente trabajo buscó determinar el origen de las conductas antisociales en edades
tempranas, entre las más severas, el parricidio. Con ese propósito, se recolectaron y
analizaron datos de documentos, artículos científicos e informes estadísticos que señalan
atributos psicológicos individuales, elementos contextuales y toda información relevante
para establecer las principales características de esta clase de agresores. Como resultado, y
contrario a lo esperado, se concluye que la mayoría de los victimarios no cuentan con ninguna
enfermedad que los predisponen a manifestar este tipo de comportamientos; por el contrario,
son adolescentes que experimentan emociones negativas que no logran inhibir, que los
conduce a llevar a cabo el acto violento. En consecuencia, se estableció que el apego, la
disciplina y la educación son fundamentales para contrarrestar esta situación; la familia, las
instituciones educativas y la comunidad son indispensables para contribuir al bienestar
general a través del compromiso social y las expresiones de amor.