Formulación y evaluación de un proyecto de inversión de un alojamiento turístico temático, como complemento a un establecimiento vitivinícola en Charbonier, provincia de Córdoba.
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Author
Montoto Galiano, Florencia
Abstract
El turismo vitivinícola, también llamado turismo del vino o enoturismo, es aquel que tiene como principal atractivo turístico, la producción vitivinícola de una determinada zona, relacionándose estrechamente con la gastronomía y la cultura regional. El turista busca conocer la actividad por medio del consumo del vino que allí se produce, visitando
bodegas, viñedos y realizando actividades afines.
El enoturismo es una actividad que nace, principalmente, de las bodegas a modo de diversificación de la oferta para captar la atención de los compradores, del periodismo
especializado y finalmente del turismo en general. Esta modalidad, engloba no sólo la visita a bodegas y la degustación de vinos, sino que además se trata de que el turista viva experiencias como la de almorzar u hospedarse en un entorno de viñedos; participar de la cosecha, la poda y de la elaboración de su propio vino; asistir a cursos de cata; relajarse en un spa del vino y gozar de toda una cosmética vitivinícola; participar de clases de cocina y maridaje entre otros.
Esta idea no se origina en el país, sino que es parte de la oferta turística de otros países productores de vino como Francia, España, Italia, Estados Unidos, Sudáfrica,
Australia. Las rutas del vino, pueden encontrarse a lo largo de todo el mundo, siendo un producto turístico ya establecido en las regiones en donde se desarrolla la actividad vitivinícola.
En Argentina, el turismo de vinos comienza a desarrollarse en los años 90, como un complemento a la actividad clásica de la bodega. Actualmente, éstas cuentan con programas y personal especializado para la atención del turista y algunas de ellas han desarrollado nuevas unidades de negocios como ser restaurant y alojamientos.
En nuestro país, el polo por excelencia de la actividad vitivinícola es la provincia de Mendoza; aunque también son zonas productoras de vino, las provincias de Salta, La
Rioja, San Juan, y Rio Negro. El resto del país no se caracteriza por desarrollar dicha actividad. Sin embargo, debido a la capacidad de adaptación de la vid, podemos
encontrar establecimientos vitivinícolas en zonas como Buenos Aires, La Pampa y Córdoba.
El Valle de Punilla, en la provincia de Córdoba, se caracteriza por el desarrollo sostenido de la actividad turística. Debido a la importancia de la actividad turística en la región, localidades como Valle Hermoso, La Falda, Villa Giardino, La Cumbre, Los Cocos y Capilla del Monte, se han organizado a través de un corredor turístico, el Corredor Serrano, para así fortalecer su posicionamiento, potenciando sus atractivos turísticos por medio de la integración de su oferta. Una de los puntos que transita dicho corredor es la comuna de Charbonier. Los servicios que se prestan en los distintos puntos del valle, son variados pero, en general, no se encuentran preparados para atender las exigencias de turistas extranjeros. Es una región acostumbrada a recibir turismo interno.
El presente proyecto, pretende alinearse con las nuevas tendencias en alojamientos, que brindan al turista un poco más, un plus a su estadía, transformándola, muchas veces, en el motivo principal del desplazamiento. Conjuntamente con el servicio personalizado, “a medida” que se ofrece, se está popularizando que dichos alojamientos estén envueltos en una temática o concepto definido, lo que se refleja no sólo en la ambientación, sino que se complementa con actividades afines.
Actualmente, se está proyectando la construcción de una bodega en Charbonier por parte de empresarios cordobeses, aprovechando que las condiciones climáticas y las
características del suelo permiten el desarrollo de la actividad vitivinícola. La presente propuesta busca complementar la actividad productiva que se plantea, para aprovechar los flujos turísticos que recibe la región.
Al proyectar la construcción de la bodega, como requisito fundamental y condicionante del emprendimiento, se estudiaron las características y condiciones necesarias para el desarrollo óptimo de la vid, que es la materia prima (las uvas) necesaria para desarrollar la actividad.
La zona de Charbonier, cumple con los requisitos en cuanto al suelo y clima de la región. Esto, sumado a los conocimientos y experiencia en la industria alimenticia y
gestión comercial de los empresarios que llevarán a cabo el proyecto, le proporciona amplias probabilidades de éxito a la futura bodega serrana. El complementar la producción vitivinícola con una oferta de alojamiento, permitirá aprovechar los flujos turísticos del valle a favor de la bodega y al mismo tiempo, ésta atraerá a un nuevo
segmento de consumidores, lo que le proporcionara una significativa sustentabilidad económica.