Efectos que produjo la política comercial exterior de Estados Unidos sobre el sector textil y del vestido en el marco del ATV

Abstract

Según la Organización Mundial del Comercio, Estados Unidos es uno de los mayores importadores de textiles y del vestido de los países desarrollados. Sus importaciones se componen principalmente de productos provenientes del continente asiático, que desde la década del ´70 no han parado de crecer como consecuencia del desarrollo y expansión de las industrias textiles y del vestido en la región. Frente a esta situación EEUU elaboró una estrategia en su política comercial exterior del sector para así relocalizar el origen de sus importaciones hacia México y Centroamérica aprovechando sus bajos costos en mano de obra, su cercanía geográfica y proveyéndoles de sus telas para la elaboración de los productos confeccionados y del vestido que luego serán reexportados a EEUU con un arancel de importación menor. Sin embargo, la situación se complicó cuando en la Ronda de Uruguay celebrada en 1995 se puso como objetivo integrar al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) el sector textil y del vestido que hasta entonces había estado regulado por acuerdos plurilaterales y que hacían restrictivo el comercio internacional de estos productos. Finalmente para el logro de tal objetivo, los países miembros de la OMC firmaron en 1995 el "Acuerdo sobre textiles y del vestido" (ATV) que contemplaba un programa de cuatro etapas, donde en la última (año 2005) el sector debía estar integrado completamente. Pese a esto, EEUU continuó con su estrategia, adaptando su política comercial a un nuevo marco legal (el Acuerdo) y un nuevo escenario, logrando amortiguar los efectos que la liberación comercial del sector ocasionó. Para ello utilizó como instrumentos indispensables de su estrategia, los acuerdos comerciales negociados con socios claves, los programas especiales otorgados a los países del caribe, la manipulación de sus normas de origen, la imposición de salvaguardas, entre otros.