Relación comercial Argentina-China
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Author
Sandrone, María Eugenia
Abstract
El crecimiento económico de China en los últimos años no ha encontrado igual en ninguna otra parte. Este país, cuyo PBI toma cada vez más importancia en el mundo, tiene el mercado de consumidores más grande y con altas posibilidades de crecimiento y desarrollo económico.
El protagonismo de este gigante en la arena del comercio internacional no puede ser dejado de lado por ningún país, ya sea para alcanzar mayor desarrollo económico a través del comercio con este o para prevenir la fuerte competencia del país asiático.
Argentina es un país que encaja perfecto con la estructura comercial china. China tiene una alta demanda de importación de materias primas y manufacturas basadas en recursos naturales, bienes en los que la Argentina es abundante e intensiva en su producción, mientras que exporta bienes con baja, media y alta tecnología, lo cual coinciden con la demanda importadora argentina. Así, las exportaciones argentinas a China están compuestas en un 75% en productos primarios y 20% en manufacturas basadas en recursos naturales, rubros en los cuales tiene un alto protagonismo la soja y sus derivados, para datos de 2006. Las importaciones están compuestas por manufactura de media tecnología (37%), alta (33%), baja (18%) y manufacturas basadas en recursos naturales (12%) en el mismo periodo.
Así, una balanza comercial que se mantiene superavitaria para Argentina desde 2001, sumado a los altos volúmenes de comercio con dicho país, parecerían indicar que la relación con China están en un excelente momento, que seguirá así en el tiempo, y que de hecho China se presenta como una oportunidad absoluta. Sin embargo, si se mira detenidamente, esta relación que a corto plazo es un gran empuje para el crecimiento económico para la Argentina, a largo plazo las consecuenciasno son tan lineales.
El principal problema en esta relación comercial es la concentración de las exportaciones hacia China en muy pocos productos (tan sólo dos o tres son los protagonistas de dicho comercio) y lo que emperora aún más la situación, es que estos productos son materias primas y en menor medida manufacturas basadas en recursos naturales.
El esquema actual puede terminar provocando una especialización en la explotación de recursos naturales y un proceso de desindustrialización, además del riesgo de generar una división del trabajo en la que China se especialice en manufacturas y Argentina en la extracción de materias primas. Pero sin dudas el mayor riesgo es la volatidad de los precios de estos bienes primarios, los mercados de commodities son altamente inestables, ya que son muy sensibles a los schocks de oferta y de demanda, con lo que pueden modificar los términos de intercambios de un país.
Cabe agregar que con el segundo socio comercial, China, responsable del 10% de las exportaciones argentinas, no existe una estrategia comercial a largo plazo.
Bajo este panorama, es necesario realizar un plan estratégico de comercio, generar transparencia y credibilidad, e incentivar los sectores secundarios y terciarios para la exportación, sin necesariamente perjudicar al sector primario. Estas son algunas cuestiones que no sólo mejorarían la relación comercial con China, sino con el mundo entero, ya que todas las acciones tendientes a ingresar a China con mayor facilidad, abren las puertas de manera simúltanea para un mejor ingreso en el resto de Asia, donde encontramos también a India y al resto de los países que hacen de ese continente el más populoso del planeta y el que mayores tasas de crecimiento económico y poblacional registró en los últimos años.