Estrategias de supervivencia. Estudio de caso en la Ciudad de Córdoba
Author
Testa, Virginia
Abstract
Un aspecto central que define la situación de pobreza actual es el vinculado a la ampliación del nivel de incertidumbre que enfrentan los sectores populares, donde sus miembros
deben actuar como permanentes organizadores de crisis cotidianas, operando con horizontes temporales en donde el día en que se vive es la unidad de tiempo manejable.
Este grupo altamente vulnerable sobrevive desarrollando estrategias asociadas, en lo general: a) al deterioro del mercado de trabajo del que deriva la transformación de prácticas laborales alternativas en permanentes con la consecuente adecuación de la organización doméstica y reasignación de roles; b) la consolidación de acciones reñidas con la legalidad y c) el deterioro de las condiciones materiales y, en particular, aquellas que sustentaban el capital económico de las familias, entre las que sobresalen: a) la acentuación de la dependencia de los
grupos de la segunda generación respecto a los de la primera y la permanencia de estrategias habitacionales propias de otros ciclos vitales; b) el reforzamiento de redes de intercambio sustentadas en un capital social doméstico por sobre las de capital social colectivo; c) la modificación de espacios y tiempos; d) el surgimiento de un nuevo tipo de unidad doméstica y e) la ansiedad y angustia asociada a cada uno de los universos de responsabilidades familiares.
La centralidad del mercado y su simultáneo deterioro fueron la base de la vulnerabilidad y el empobrecimiento físico, cultural y participativo de sus miembros. Las familias están cada vez más solas, más libradas a sus propios recursos y a la proliferación de respuestas institucionales precarias que se naturalizan como respuesta solidaria frente a una
emergencia continua, generando un modo de provisión de servicios que profundizan la fragmentación de los lazos interpersonales. La persistencia de la pobreza y la desigualdad social hace esperable que los hogares pobres deban seguir aguzando todo su ingenio para enfrentar la
lucha por la sobrevivencia. Sin embargo, el abanico de posibilidades son finitas. Ante el empeoramiento de las condiciones macroestructurales dentro de las cuales hay que resaltar las del mercado de trabajo y el funcionamiento del sector público, las unidades domésticas no pueden “inventar” mucho más, aunque siguen mostrando una enorme capacidad para incorporar a sus arreglos domésticos las nuevas condiciones del entorno.